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Arquitectos: Meier Partners
- Área: 830 m²
- Año: 2003
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicada en el área suburbana oriental de Roma, la 'Iglesia del 2000' de Richard Meier se presenta como la primera de sus obras realizadas en la capital italiana. Recién en el año 2005 surgiría en esa ciudad una segunda obra del arquitecto estadounidense, el Museo Ara Pacis.
La importancia de este proyecto es brindar valor y atracción a los suburbios más lejanos y profundos de Roma; La ocasión se presentó con el comienzo del nuevo milenio.
El Vicariato de Roma -diócesis del obispo de Roma, el Papa- encargó esta obra para mostrar y destacar el papel fundamental que juega la arquitectura en los espacios sagrados y religiosos, demostrando que una conexión con la arquitectura contemporánea es clave para mejorar la calidad de vida en las áreas suburbanas. Estos fueron los objetivos que el proyecto tuvo que enfrentar. El proyecto de Richard Meier ganó el concurso internacional en 1996.
La Iglesia del 2000 se concibe como una composición de elementos básicos, claramente referida a la pureza del cubo y la esfera en conjunto con los espacios intermedios y sus conexiones.
Al acercarse a la Iglesia por el lado de la calle secundaria, los tres importantes caparazones muestran su presencia. Ellos dan una sensación de ligereza -por el pequeño espesor de las laminas- y al mismo tiempo de pesado, debido a la ausencia de aberturas en las grandes superficies de concreto blanco. Las cáscaras están fabricadas con paneles de hormigón prefabricados -con dimensiones de 400 x 400 x 80 cm-, de doble curvatura, y montados en seco. Italcementi desarrolló y patentó un nuevo tipo de cemento blanco autolimpiante denominado Bianco TX Millennium. El voladizo alcanzado es considerable en relación con el espesor y la extensión de las "velas".
En el interior, es evidente el trabajo que existe sobre la iluminación natural que procede de los huecos entre los elementos sólidos: la fuente principal de luz difusa es la cubierta de cristal que se materializa entre las láminas. Temprano en la mañana y al final de la tarde, la luz del sol penetra la fachada de entrada y del altar, dando particulares efectos atmosféricos.
Las únicas variantes de tonalidad blanca se dan por una pared de marcos de madera suspendida que verticalmente hace frente a la cáscara más interna; la importancia del mobiliario sagrado es subrayada por los bloques esculpidos de travertino. Todos los muebles sagrados y espacios religiosos se integran en la composición a través de la continuidad y el diálogo de las formas, contribuyendo a la elegancia del proyecto.
La distribución de los diferentes espacios es evidente mediante separaciones físicas: la capilla está al lado de la sala principal, ligeramente separada por la huella de la última cáscara; la entrada está provista de un espacio regulador y una segunda puerta, sobre la cual se encuentra el órgano integrado a un elemento cúbico escultórico.
Todo el concepto de diseño se basa en el contraste entre un cubo y una esfera, y la clara división -o punto de conexión- es el espacio principal de la Iglesia.
El complejo de la parroquia -en el lado opuesto de la sala principal- es accesible tanto desde la iglesia como desde el exterior. Los patios cuadrados y las terrazas verdes integran este sector como parte del diseño general, como también al campanario ubicado en el lado derecho de la iglesia.
La plaza exterior -el sagrato- completa el diseño: las tejas de travertino pulido amarillento dialogan con las elevaciones blancas. La Iglesia tiene la oportunidad de estar en un área relativamente abierta de las recientes expansiones, por lo que el parque y el suelo de piedra brindan la sensación de una piscina de agua que contiene a una "nave flotante".
